Perderme nunca se me dio bien,
que siempre termino borracho...
Luego a la mañana vuelvo a ser
siempre la misma canción...
me enfrento con el espejo y no encuentro la voz.
Ahora de nada sirvió esconderme a dulces tragos...
Beberme los bares es la ley...
ya no guardo un as en la manga,
que pueda salvarme si al volver
me encuentro en esta canción
de habitaciones vacías en el corazón,
y va matándome el sol, va llenándome de nada...
Y aunque sepa que voy a contrarreloj
me detengo y busco la canción,
la inocencia que ya se perdió...
Voy perdiendo junto al tiempo la razón,
voy quedándome vacío, voy muriéndome de frío...
No me digas que no quedan sobras,
ni cenizas de lo que hicimos arder...
ni un calendario marchito,
que la luna me ha contado a solas
que me muero y no tengo nada que hacer,
salvo morirme contigo...
Me callo aun sabiendo que después
me muero por hablar contigo,
me quedo mirando la pared...
Siempre repito que no
guardo palabras prohibidas dentro del cajón,
pero me engancha tu olor cada noche que aparece...
Y aunque sepa que voy a contrarreloj
me desvelo y busco inspiración
donde nunca pueda alcanzarme el sol...
ni mis noches de locura, ni tu adios,
ni el recuerdo de aquel niño, ni los sueños con tu ombligo...
No me digas que no quedan sobras,
ni cenizas de lo que hicimos arder...
ni un calendario marchito,
que la luna me ha contado a solas
que me muero y no tengo nada que hacer,
salvo morirme contigo...
Cada noche o te recuerdo a solas,
o me olvido de olvidarte y otra vez...
me pierdo entre las farolas.
No han parado de correr las horas,
y la vida una partida de ajedrez
que a contrarreloj se ahoga.