Dime cuánta agua habrá de caer del cielo,
para que me quite la pereza y este mal,
soy los hombres y mujeres
que trabajan en la tierra
fumigando el alimento
que después te comerás.
Soy de bananera, soy del trigo,
soy del maíz.
Y nadie pregunta,
Por qué tengo miedo al sol,
Por qué tengo extraños dedos,
Por qué no puedo dar de mamar.
Y nadie pregunta,
qué tengo por dentro
serpientes y santos corruptos
divinos del banco mundial.
Y nadie pregunta,
qué tengo en mis ojos,
que a veces la llama se pone bajita
y me duele el amor.
Me duelen los hijos y el tiempo que pasa,
me duele que se haga difícil mojarse los pies en el mar.
Vuela caballito de San Pedro,
contigo Elegguá,
contigo Elegguá.