De nuevo perdí la ruta,
navego por los desiertos,
camino por mares muertos,
la noche entera se enluta.
El sol se metió en su gruta,
los mares se hunden mojados,
yo soy un nervio de atados,
un llanto largo y profundo.
No sé por qué me confundo
con tus amores cansados.
De noche muestra la luna
su rostro alumbrado y triste,
el cielo al fin se desviste,
la muerte mece su cuna.
Que al fin la mala fortuna
se vaya a dormir un rato,
se quite traje y zapatos,
se olvide de mi existencia,
que yo frente a su sentencia
declaro mi desacato.
La vida es viaje fecundo
si hay puentes hacia los otros.
Volaste el que había en nosotros,
te fuiste por esos mundos.
El frío cayó rotundo.
Tu olvido mostró los dientes.
No sabes cómo se siente
temer este miedo mudo.
Pasado el sueño a futuro
no sé vivir el presente.
De noche muestra la luna
su rostro alumbrado y triste,
el cielo al fin se desviste,
la muerte mece su cuna.
Que al fin la mala fortuna
se vaya a dormir un rato,
se quite traje y zapatos,
se olvide de mi existencia,
que yo frente a su sentencia
declaro mi desacato.