Te quedas durmiendo
y tu cabeza está justo en mi antebrazo
y me empiezan a picar los dedos de la mano
empiezo a no notarlos.
Miro a ver si duermes en la oscuridad,
noto tu carita de felicidad,
podría soportarlo un rato y luego cambio.
Noto que falta algo de doce a doce y cuarto.
Y ya empezamos otra vez con la batalla,
te rindo y tú me muerdes la garganta,
olvida lo que hay fuera de mi cama,
tenemos todo el tiempo entero para ser eternos.
No tenemos prisa por amanecer,
puede hacerse tarde y que nos den las tres.
Seguir aquí acostados,
desnudos y abrazados.
Pero quieres un problema y hay que discutir,
dices que ya vale y que me toca a mí
arriba y tú debajo.
Parece complicado, mejor vamos cambiando.
Y a ver cómo acabamos.
Y ya empezamos otra vez con la batalla,
te rindo y tú me muerdes la garganta,
olvida lo que hay fuera de mi cama,
tenemos todo el tiempo entero para ser eternos.
Quieres un problema y hay que discutir,
quieres un problema y hay que discutir.
Y ya empezamos otra vez con la batalla,
te rindo y tú me muerdes la garganta,
olvida lo que hay fuera de mi cama,
tenemos todo el tiempo entero para ser,
todo el tiempo para ser,
todo el tiempo para ser...