(Hay perros que ladran y nadie sabe lo que dicen,
Hasta que muerden)
Al otro lado del puente, de la Piedad Michoacán,
Vivía Gilberto el Valiente, nacido en Apatzingán
Siempre con un perro negro, que era su noble guardián
Quería vivir con la Lupe, (pos quien no)
La novia de Don Julián, hombre de mucho dinero,
Acostumbrado a mandar
El ya sabia de Gilberto, y lo pensaba matar,
(El viejo sabia, pero se hacia,
Dicen que más sabe el diablo por viejo, que por Julián)
Un día que no estaba el perro, llego buscando al rival,
Gilberto estaba dormido, ya no volvió a despertar,
En eso se oyó un aullido, cuentan de un perro del mal,
Era el negro embravecido, que dio muerte, a Don Julián
(Claro el aullido fue del perro, pero el grito que dio el viejo
Fue del viejo, cuando le cayó el perro)
Ahí quedaron 2 cuerpos, Lupita no fue a llorar,
Corto las flores más lindas, como pa hacer un altar,
Y las llevo hasta una tumba, del panteón municipal
(Le echo unas florecitas de respeto a Don Julián,
Otras de cariño a Gilberto, y el resto las guardo pal que sigue
Porque Lupita, um, um)
Ahí estaba echado un perro, sin comer y sin dormir,
Quería velar a su deño, no le importaba vivir
Así murió el perro negro, aquel enorme guardián
Que quiso mucho a Gilberto, y dio muerte a Don Julián