Feliz encuentro, cambió mi vida.
Cuando tu rostro yo contemple
caí de asombro a tus pies rendida.
Lo que buscaba ya lo encontré.
Solo una cosa me es necesaria,
en tu presencia permanecer,
vivir atenta a tu palabra,
tu amor inmenso reconocer.
Lo tengo todo, ya nada anhelo,
la mejor parte logre encontrar.
Ya solo en Cristo cifre mi cielo,
quiero adorarlo hasta expirar
de amor, de amor.
Y cuando adores la eucaristía
tu celo ardiente se saciara,
porque entonces como María
tu vida entera se cambiara.
Solo una cosa me es necesaria,
en tu presencia permanecer,
vivir atenta a tu palabra,
tu amor inmenso reconocer.
Lo tengo todo, ya nada anhelo,
la mejor parte logre encontrar.
Ya solo en Cristo cifre mi cielo,
quiero adorarlo hasta expirar.
Alma que buscas con celo ardiente
la fuente limpia de la verdad
ven hacia Cristo que está impaciente
para brindarte la felicidad
de amor, de amor.
Solo una cosa me es necesaria,
amor.