Que me parta un rayo ahora mismo, que me pase encima un tractor,
que me empujen sin red al abismo, pero vos no me quites tu amor.
Que la reina y el rey de Inglaterra me contagien su rancio sudor,
que me trague mañana la tierra, que pasado me aplaste un temblor.
Pero vos no me quites tu estrella, la de arriba de la Osa Mayor,
la que guía mis horas más bellas, la que me ilumina en la noche peor.
Que se apague mi voz, pero vos no me quites tu amor.
Que el sicario más cruel de la maffia
me persiga por todo New York.
Que me ataque un rottweiler con rabia,
pero vos no me quites tu amor.
Que me pongan a arder en la hoguera,
con las letras de cada canción,
Que una bala perdida me hiera
justo al centro de este corazón.
Pero vos no me quites tu beso, que provoca mi resurrección,
que si no, cada vez que me muero, no puedo volver a encontrar la razón,
de querer levantarme de nuevo para otra función.
No hay sepultura para un inmortal, si un ideal lo sostiene.
Yo para algunos soy fruto del mal... Yerba mala nunca muere.
Que me lleven al juicio del inquisidor,
que me cuelguen sin lástima y sin defensor,
que me castigue Dios, pero vos no me quites tu amor.
Que me dejen cien horas despierto, adelante del televisor,
que me ahogue de sed el desierto, pero vos no me quites tu amor.
Que me hierba el agujero de ozono,
que Menguele me lleve al doctor,
que me de navajazos un mono
y que Jack sea mi destripador.
Pero vos no me quites tu risa, tu caricia, tu respiración,
no me quites lo que me da vida después de este día de desilusión,
que la única vía de salida, sale en tu portón.
No hay sepultura para un inmortal si un ideal lo sostiene.
Yo para algunos soy fruto del mal... Yerba mala nunca muere.
Que me sienten enfrente de un torturador,
que me pongan atrás otro más, el mejor...
Que me peguen los dos, pero vos no me quites tu amor.