Ya verás,
mis manos frías crearán la nueva ciudad.
Y además,
aunque este muerto mi raíz siempre crecerá.
Y aunque me dejasteis atrás,
mi rabia nunca olvidará.
Mírala,
crece de nuevo sin parar la nueva ciudad.
Y además,
sin mi permiso nunca más volveréis a entrar.
Y aunque me dejasteis atrás,
y aunque no quieras ni mirar las plantas
siempre os alcanzarán.
Las plantas siempre os alcanzarán,
y moriréis todos juntos en el nombre del mal.
Qué gran triunfo.
Ya verás,
el alarido inundará la vieja ciudad.
Cada vez más,
mi latido arraigará y moriré en libertad.
Y aunque me dejasteis atrás,
y aunque no quieras ni mirar las plantas,
siempre os alcanzarán.
Las plantas siempre os alcanzarán,
y moriréis todo juntos en el nombre del mal.
Qué gran triunfo.