Olvídate de todo, menos de mí,
y vete a donde quieras pero llévame en ti,
que al fin de tu camino comprenderás tus males,
sabiendo que nacimos para morir iguales.
Olvídate de todo, menos de mí,
porque ni tú ni nadie arrancarán de tu alma
los besos que te di; los besos, las caricias
y tantas otras cosas
que presenció la noche que te entregaste a mí.
El tiempo seguirá su marcha interminable.
Quién sabe a dónde vayas,
quién sabe a dónde acabes.
Y yo te buscaré por cielos y por mares,
rompiendo mi destino para morir iguales.
Olvídate de todo, menos de mí,
porque ni tú ni nadie arrancarán de tu alma
los besos que te di; los besos, las caricias
y tantas otras cosas
que presenció la noche que te entregaste a mí.