Érase una vez dos soldados de barro
en un mundo de plata,
desentonaban por llevar sucia su tren,
como el pez
que nada en el agua,
y si lo sacas se ahoga,
el mar era su soga en forma de hojas de papel.
Las olas marcan el adios,
de aquel que se valió
de sus momentos mas agrios
pa entrar en su piel,
rodeado de precipicios
donde arrojar principios,
puede ser facil volver a empezar
pero es un vicio.
A nadie le cambia el mañana,
le cambia el ayer,
la edad no cansa
tanto como cansa el saber,
tengo una lanza
y canto con la esperanza,
de que algo haga la balanza,
caer me ahogo entre mi danza.
Mi danza,
mi danza, por esta vida bajo las nubes,
si no espabilas si subes, bajar se olvida sabes,
tengo un refugio
y no se donde metí las llaves,
me tira el placer,
mentir es cárcel.
Metí una parte de mi
entre unos acordes y allí se esparce,
cometí errores
mas de mil y desvie mi cauce,
hoy soy el rio
que fluye entre los sauces,
igual que un pajarillo
entre las fauces de un cocodrilo.
Derramo lagrimas, me
desarmo en paginas,
en tiempos en que te atrapan las animas
sin avisarte,
en el mundo de los vivos murientes,
murientes pueden renovar sus dientes.
Pero no pueden olvidar
lo que sus mentes grabaron,
no pueden curar en su
presente el pasado,
lideres que culparon el sillar de gente
si los callaron,
mancharon así su nombre por siempre.
Por siempre,
pasan los dias de Lunes a Viernes,
mas la rutina,
borra el nombre y a veces te pierdes,
y asi en poligonos
se pudren los cadaveres,
suspiran con motivos son los que ansian
el fin de mes.
El tiempo enfria relaciones,
intento cada dia hablar con mi corazon
y me canta canciones,
no dejes que el viento
vuele tus ilusiones,
ve a la ventana, cierra los ojos y deja que entre dentro.
Descubri que esta guerra no es para mi,
que tierra que separan
un pino trazo no hay que defenderlas,
si al atacarlas
te atacas a ti aunque no las labras,
ya que el confin tambien es tuyo
aunque tu no lo entiendas.
Mundo dividido en celdas,¿tu puedes verlas?,
no pienses en paises, en nuestras cabezas,
conviene analizar las reglas
antes de obedecerlas,
aqui te la cuelan
mientras duermes y tu ya bostezas.
No quiero tener la razon en cada parrafo,
pero si pongo corazon
en el boligrafo,
sobrevivo siendo el ladrón
de lo que se olvidó,
cien grados y yo,
soldados sin ejercito.